Moscu y Kiev celebraron el viernes sus primeras negociaciones directas de paz en tres años, sin intermediación de terceros, en un encuentro celebrado en el palacio de Dolmabahçe en Estambul, ciudad de Turquía.
Las conversaciones, que se prolongaron durante dos horas, no arrojaron avances tangibles, excepto el canje de 1000 prisioneros de guerra por cada lado, un gesto humanitario en medio del estancamiento diplomático.
La iniciativa fue anunciada por el asesor especial del presidente de Rusia, Vladímir Putin, y jefe de la delegación rusa, Vladímir Medinski. “En los próximos días se realizará un intercambio masivo de 1000 prisioneros por 1000”, declaró a la prensa tras la reunión, y señaló que su delegación está “satisfecha” con los resultados y “dispuesta a mantener el contacto”.
Ambas partes también exploraron la posibilidad de un alto el fuego. Al respecto, la delegación rusa comunicó que cualquier avance en este frente requerirá “tiempo y nuevas rondas de negociación”.
El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umérov, confirmó que su delegación planteó formalmente la adopción de un alto el fuego durante las negociaciones bilaterales con Rusia.
La iniciativa coincide con el llamado previo del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien un día antes había identificado una “tregua de 30 días” como prioridad máxima para su gobierno.
El mandatario ruso propuso el pasado domingo a Ucrania celebrar negociaciones directas en Estambul, con el objetivo de alcanzar un posible acuerdo para poner fin a un conflicto que ya supera los tres años.
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