Un estudio israelí reveló que alrededor del 12 % de los reservistas del ejército israelí que participaron en la guerra en la Franja de Gaza reportaron síntomas graves de trastorno de estrés postraumático (TEPT), lo que afecta significativamente su capacidad para cumplir con sus obligaciones y los incapacita para la guerra.
La investigación indicó que el nivel de miedo entre las fuerzas israelíes representa una seria amenaza para el régimen, que enfrenta una grave escasez de tropas para continuar la guerra devastadora en Gaza que cumple ya 18 meses.
Los medios de comunicación locales afirman que las fuerzas israelíes sufren una gran ansiedad debido al temor a las repercusiones que la continua guerra genocida en Gaza tendría en sus medios de vida.
El ejército israelí declaró anteriormente que está prestando asistencia a miles de soldados que sufren trastorno de estrés postraumático o enfermedades mentales provocadas por el trauma sufrido durante la guerra.
Muchos de los soldados que regresaron de Gaza se suicidaron por el trauma, pero su número exacto no está claro, ya que el ejército no ha facilitado una cifra oficial.
Por otro lado, los soldados israelíes que asistieron a la guerra en Gaza se enfrentan a acciones legales tras viajar al extranjero, donde abogados de derechos humanos y activistas propalestinos han buscado responsabilizar a quienes cometen crímenes de guerra contra los palestinos.
Organizaciones propalestinas de todo el mundo exigen justicia para las víctimas palestinas del genocidio israelí en Gaza.
Estos grupos han preparado y presentado múltiples denuncias en diversos países contra las fuerzas israelíes que participaron en la invasión terrestre y aérea de Gaza.
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