El jefe de la Diplomacia siria lamentó que pese a la amenaza que suponen los grupos terroristas a toda la región, “la mayoría de los Estados árabes se mantiene en silencio e incluso planea conspiraciones, mientras el país persa se da prisa para ayudarnos”.
Algunos países (en alusión a Arabia Saudí) están inquietos por las relaciones de Siria con Irán y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), a raíz de nuestra unida postura hacia Israel”, destacó el canciller sirio, Walid al-Moalem.
En sus declaraciones al canal de televisión egipcia Al-Nahar, Al-Moalem destacó el domingo que “algunos países (en alusión a Arabia Saudí) están inquietos por las relaciones de Siria con Irán y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), a raíz de nuestra unida postura hacia Israel”.
El titular de la Cancillería siria calificó los lazos de Damasco con Irán, Rusia y China como “los más importantes”.
También recalcó que Siria estará abierta a una cooperación con cualquier otro país regional para eliminar a los grupos terroristas en Siria y restaurar la seguridad en la conflictiva región de Oriente Medio.
“Abrazamos cualquier iniciativa y a quienes toquen nuestra puerta para respaldarnos a frenar el derramamiento de sangre”, sostuvo.
Siria, desde marzo de 2011 sufre una gran crisis provocada por grupos terroristas que reciben apoyo de algunos países, entre ellos Arabia Saudí, Turquía y EE.UU. con el objetivo de derrocar al Gobierno legítimo de Bashar al-Asad.
En junio pasado, el canciller persa, Mohamad Yavad Zarif, reiteró el compromiso de Teherán de seguir apoyando a Siria en su lucha contra el extremismo y terrorismo.
De acuerdo al opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), la violencia provocada por estos grupos terroristas ha dejado más de 240.000 muertos y el desplazamiento de varios millones.
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