Cámara al Hombro: Panamá, medios de comunicación ¿Al servicio de quién?
La relación entre los círculos de poder y los medios de comunicación en Panamá marca una distancia preocupante ante la imparcialidad que utilizan en los mensajes dirigidos a la población.
Este control de los medios atenta contra el derecho a la información, limitando a los ciudadanos a ser un mero espectador de los acontecimientos.
El papel de los medios de comunicación social ha sido cuestionado por distintos sectores de la sociedad panameña.
Advierten con preocupación que la estrecha relación existente entre el poder político-económico y estos medios no les permite desarrollar a cabalidad su función social, al mismo tiempo que generan impacto en la población, pues poseen el poder de colaborar en el establecimiento de matrices de pensamiento.
Según explica el abogado y comunicador Miguel Antonio Bernal, los grandes medios de comunicación tradicionales han limitado al ciudadano a ser un mero espectador de los acontecimientos.
Y cuando, haciendo uso del desarrollo y proliferación del Internet y las nuevas tecnologías, algunos panameños han optado por las redes sociales y el periodismo independiente para difundir otras realidades o manifestar descontento, han sido víctima de distintos tipos de persecución.
El caso de la periodista independiente Ligia Arreaga, quien fue arrestada por supuesto irrespeto a la autoridad de una jueza de paz en el distrito de Barú, al encontrarse realizando un trabajo documental sobre el presunto despojo de tierras campesinas a manos del Estado, es un ejemplo de los abusos señalados.
Poniendo en perspectiva las elecciones de mayo próximo, estos sectores críticos dejan claro cuál será el papel de los medios en los comicios.
Así explican la necesidad de que la sociedad se concientice en que esta parcialidad limita la libertad de expresión de los panameños.
Aunado a otros aspectos como el descuido estatal hacia el sistema educativo, podría devenir en un problema peligroso para la democracia del país al formar ciudadanos dóciles, persuasibles y complacientes ante las imposiciones, en lugar de estimular el análisis, la creatividad y el pensamiento crítico.
John Alonso, Ciudad de Panamá.
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